, se puso bajo la advocación de San Miguel y los Ángeles, y desarrolló su actividad como iglesia del Colegio hasta 1767. En este colegio se formaron los leoneses más distinguidos de la época desde sus inicios hasta el siglo XVIII. Pero tras la expulsión de los Jesuitas de España, quedó el edificio abandonado, resolviéndose en 1769 habilitarlo para iglesia parroquial de Santa Marina la Real, por hallarse la popular y antigua parroquia en estado ruinoso.IMG_8328
El primitivo templo jesuítico acabó resultando pequeño para sus necesidades, por lo que en el último tercio del siglo XVII se decidió hacer una nueva estructura que comenzó el arquitecto Juan Guardado, adquiriendo el edificio las dimensiones que hoy conocemos. Los materiales que sustentan el templo son piedra, ladrillo y tapial. La planta es de cruz latina, similar a los esquemas que popularizaron los Jesuitas. La nave, amplia y luminosa, se cubre mediante bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos y se decora con motivos geométricos y rosones en sus centros. A cada lado y separadas por contrafuertes, existen tres capillas que tienen comunicación entre sí por pasos abiertos de medio punto. El crucero es espacioso, con cuatro arcos torales con pechinas policromadas, y luciendo un JHS, símbolo de la Compañía, entre hojarasca muy abultada, sirve de arranque a una cúpula rebajada decorada con elipses y otros motivos geométricos. Toda la arquitectura queda embellecida por las yeserías que la recubren completamente. Fueron realizadas en el año 1684 por Tomás y Celedonio Ruiz.